
El viento viene, el viento se va, por la frontera. La realidad multicultural y multicolor llega a nuestras calles en mayor medida que en otras fases de nuestra historia. Mirando de frente y conviviendo podremos superar el miedo a lo desconocido, a lo diferente. Etorkizuna, el futuro, el futuro multirracial al que nos dirigimos nos espera, lejos de rígidas fronteras y temerosos defensores de los intereses de unos pocos.
Europa, necesitando de la inmigración, comercializa con ella, convierte a los inmigrantes en mercancía.
Por la carretera. No hay alambrada suficiente para detener el efecto llamada de la imagen que las televisiones transmiten en estos pueblos de una sociedad occidental rica, opulenta y consumista. Sin ser conscientes que nuestra riqueza está basada en la explotación de los recursos de los países menos desarrollados. Siempre viéndoles y haciéndoles responsables de su propia desgracia.
Etorkin, inmigrante, el que viene, unos de paso… otros echando raíces, pero siempre generando recursos para sacar adelante a la familia que quedó allá. Movimientos que ayudan a equilibrar las diferencias en este mundo globalizado. Quien es feliz en su tierra no la abandona dejando lazos sociales y familiares para empezar en el último escalón de una nueva sociedad con valores y costumbres distintos a los suyos.

La defensa de los derechos de las personas, de todas las personas con independencia de su condición o capacidad llama a nuestras puertas, está aquí, entre nosotros. Ese mundo mejor lo haremos aquí o no lo haremos, ahora, hoy, mañana, entre todas, entre todos. Las situaciones de crisis económica siempre han agudizado las dificultades de convivencia entre diferentes. Esta situación siempre es aprovechada por los intolerantes y por los explotadores de personas para crear tensión en la sociedad y estigmatizar al desconocido.
Clandestino… ilegal. La defensa y la promoción de la identidad, de la integridad y de la dignidad de la población de origen emigrante deben ser materia de una política pública que trascienda las fronteras. Los ciudadanos y ciudadanas inmigrantes residentes en nuestra tierra o allá donde se encuentren tienen derecho a participar en los asuntos públicos de las ciudades y pueblos donde residan en condiciones de igualdad con las demás ciudadanas y ciudadanos.

Los ciudadanos y ciudadanas inmigrantes residentes en la Comunidad Foral de Navarra tienen derecho a ser atendidos y orientados por personas con conocimientos específicos en el ámbito de la inmigración. Se promoverán la asistencia social y médica, así como orientación jurídica adecuada a las personas solicitantes de asilo.
Es momento de articular en origen y destino la migración desde la defensa de los derechos humanos. Esta exigencia no se puede atenuar en pro de la economía o la soberanía nacional. Hoy llueve, graniza, nos gustaría ver el arco iris, el arco iris multicolor, amarillo, azul, rojo, verde… morado, masustak bezalaxe .
Masusta Taldea